Rafael Barrios Martinez, el padre del mediocampista cartagenero que ilusiona a todo un país

La Candelaria, también conocida como La Candela, es un barrio popular cartagenero que bien hace alusión a su llamativo apodo. En este lugar marcado por la violencia social, se crió quien hoy juega en Boca Juniors y defiende además, los colores de la tricolor. En este barrio de la Cartagena abandonada, nació Wilmar Enrique Barrios Teheran.

La infancia de Wilmar no fue fácil, así lo asegura su padre Rafael Barrios Martinez. Sin embargo, encontró desde muy pequeño su vocación. Su padre recuerda que cuando apenas caminaba el talentoso jugador que hoy milita en el club Xeneise, se entretenía jugando a la pelota, o en su defecto, mataba las calurosas horas del suroriente cartagenero, con cualquier objeto que pudiera parecerse a la redonda.

Ella, la caprichosa, como le apoda el gran Enrique Wolf, le enamoró cuando tan solo tenía 2 años. En sus comienzos como jugador, hacía las veces de creador, de 10, eso explica porque además de defender con gallardía, trata a la pelota con una clase innegable.

Su padre, cada vez que le ve jugar, se siente orgulloso. El orgullo no le cabe en el pecho y de vez en cuando se le escapa una que otra sonrisa al ver jugar a su hijo. Cada pase de Wilmar le hace revivir los recuerdos de aquel pasado lleno de sacrificios, cada barrida, acrecienta el respeto que siente por su muchacho, el muchacho que siempre quiso que fuera antes que excelente jugador, una excelente persona.

A Wilmar el fútbol le cambió la vida. A su padre, le regaló la alegría de verle jugar cada domingo.

Al padre de este futbolista que esperanza a todo un país, siempre le gustó el fútbol. Es que como dice el adagio popular, "hijo de tigre sale pintado". Wilmar heredó de su viejo la pasión por este marravilloso deporte. Cada vez que Rafael jugaba en algún campeonato de fútbol amateur, el jugador de Boca le acompañaba y se enamoraba más de la esferica. Parece que este muchacho antes de caminar, aprendió a correr imitando a su pogenitor.

Hace cinco años, un 16 de octubre, el día en que el jugador oriundo de La Candelaria cumplía 18 años, su padre le dedicó las siguientes palabras: "Wilmar Hace 18 años no sabía, ni tenía idea que ibas a querer ser, o que te iba gustar en el futuro, te llevaba conmigo a los partidos que jugaba, te presentaba mis amistades, te sentabas en la tribunas a verme jugar, tal vez simplemente estabas ahí por que yo te llevaba, pero cada rato que estabas a mi lado era una alegría imensa poder tenerte ahí... Te preguntaban, ¿Con quíen estás tu mijo? cuando apenas tenías dos años... Y tú decías: Con mi papá, está jugando, y señalabas la cancha. Hoy despúes de 16 años, soy yo quien te va a ver jugar, soy yo a quien le preguntan ¿y tu con quien estás? Y yo digo: Con mi hijo... allá esta jugando. Ahora eres tú quien me presenta a tus amistades y ahora soy yo quien te ve por televisión, pues no puedo verte a menudo por la lejanía. Hoy doy gracias a Dios por darme esta oportunidad, la de seguir compartiendo contigo y la de tenerte como hijo"

En unos minutos, cuando la selección Colombia enfrente al combinado paraguayo por las eliminatorias rumbo al mundial de Rusia 2018, en la casa de los Barrios, habrá regocijo, no sólo porque Wilmar hace parte de los 23 citados por Pekerman, sino porque además, tiene grandes chances de ser titular. De ser así, el hogar que tiene pintado a uno de sus costados la bandera tricolor, y que hoy está adornada con los colores del Club Atlético Boca Juniors, gritará con más pasión que nunca durante la transmisión del que podría ser el segundo encuentro en el que el aguerrido volante salta a la cancha como titular.