Instrucciones para sobrevivir al transporte público
Mantenga la calma. Este es un proceso vital para la mayoría de los habitantes de su ciudad; si usted, querido lector, se encuentra angustiado por la incorrecta realización de este importante rito para la movilización, ¡ha llegado al lugar correcto!
Primero, ubíquese en el punto identificado para la recolección de personas –sea una parada, la acera, el semáforo, la mitad de la calle; cualquier lugar parece ser adecuado- Luego, en el momento que aparezca el vehículo de su interés extienda el brazo y trate de hacer contacto visual con el que será su transportador –es más difícil no detenerse luego de haber observado su desesperación-; cuando vea la puerta repleta de individuos en todo el espacio físicamente ocupable, no entre en pánico, en el universo abstracto del transporte público siempre habrá espacio para usted, no pregunte como, simplemente déjese absorber en la multitud; en cuanto encuentre un lugar donde pueda tener ambos pies en la superficie, no se mueva más.
Si no cuenta con el equilibrio necesario sosténgase fuerte de cualquier cosa; es posible que encuentre individuos profesionales que realizan cualquier tipo de actividad recreativa para hacer más ameno el viaje; desde estar con ambas manos en su móvil hasta degustar de una excelente combinación culinaria llamada comúnmente “frito”.
Después de todo el recorrido, al momento de llegar a su destino, deje de hacer cálculos matemáticos y trazar mapas para poder llegar a la salida, olvídese de su espacio personal y prepárese para un momento de contacto intimo con los pasajeros que viajan con usted.
Si ha conseguido llegar hasta el final del pasillo, ¡lo felicito! ¡Ha usted probado su equilibrio, el principio de acción reacción, la inercia y las variaciones en la distribución espacial!; sin embargo, ha llegado al momento más complicado; visualice el lugar donde sería ideal poder bajarse –aunque sea una utopía-; ubique su dedo en el botón del “timbre” y prepare sus habilidades musicales (si el vehículo en cuestión no cuenta con esta tan útil tecnología deberá recurrir a la potencia de sus cuerdas vocales y entonar, como si de un grito de guerra se tratase, con toda la fuerza y firmeza que tenga: “paraaaaadaaa”); toque por primera vez, para alertar al conductor; por segunda vez, para que se detenga; por tercera vez, para manifestar su desacuerdo con su decisión de continuar desplazándose; y, finalmente, después de haber compuesto toda una sinfonía, el vehículo se detendrá y será usted libre de continuar con su día.